Acto homenaje al colegio con la colocación de la placa histórica sobre el edificio
El martes 19 de noviembre tuvo lugar un emotivo y sencillo acto. Coincidiendo con las celebraciones por el 10º aniversario de la Fundación Spínola, se descubrió una placa en homenaje a la historia y a todo lo que supone el edificio en el que cursamos Bachillerato.
Compartimos ese momento con un teniente de alcalde del Excmo. Ayuntamiento de Málaga, con las religiosas de la Congregación de Esclavas del Divino Corazón, con el equipo directivo, con miembros del AMPA, del claustro, y con una numerosa representación de los alumnos entre los que me encontraba yo.
El acto fue muy emotivo y simbólico, porque no solo recordamos la trayectoria de nuestro colegio, sino también la huella que ha dejado en nuestras vidas y en las generaciones que han pasado por sus aulas. Cada uno de los participantes aportó su punto de vista, según sus vivencias y el papel que desempeña en este gran proyecto, ya fueran padres, profesores, miembros del equipo directivo o alumnos.
Se percibió agradecimiento general en las palabras que todos pronunciamos. Agradecimiento por haber mantenido los valores durante tantos años, y por haber conservado el edificio a pesar de los contratiempos. En definitiva, los valores que la Fundación ha recogido de la Congregación y sigue preservando cada día. Lo más emocionante para mí fue poder pronunciar unas palabras en nombre de los alumnos. Fue un honor, y estoy seguro de que este momento será uno de los que recordaré siempre con orgullo.
A continuación, comparto el discurso que con mucha ilusión elaboré para aquel día:
“Gracias, Ana, por recordarnos todo lo que este colegio significa y ha significado a lo largo de los años. Como mencionaba, el edificio además de un lugar físico es el recuerdo de generaciones de alumnos y educadores que han dejado su huella aquí.
Para nosotros, este colegio, ubicado en pleno corazón de Málaga, va más allá de sus muros, puesto que lo sentimos como nuestro lugar de encuentro en el ajetreo de la ciudad, lo sentimos como el lugar donde pasamos de ser niños a ser adultos, creando así un vínculo; de modo que su enclave privilegiado y el vínculo nos recuerdan y recordarán toda la vida lo afortunados que somos y han sido todas las generaciones de estudiar aquí.
Afortunados por habernos hecho sentir parte de una comunidad, en la que se respira educación, fe y alegría, afortunados porque nos han enseñado la importancia del esfuerzo, el servicio y la cercanía, y, sobre todo, porque nos sentimos parte de algo más grande, un proyecto que Marcelo y Celia comenzaron hace más de cien años y que hoy sigue vivo gracias a la dedicación de las hermanas de la Congregación y a la Fundación Spínola.
¡Gracias a todos por hacernos parte de este viaje de aprendizaje y valores compartidos!”
Gonzalo Gómez Rodríguez-Sánchez – alumno colegio Sagrado Corazón Bachillerato Málaga
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